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lunes, 23 de noviembre de 2009

Fotogramas En El Set De Luna Nueva

Fotogramas pudo viajar al set de rodaje de Luna Nueva y tuvo la oportunidad de charlar con los actores y productores de la película, creando así el reportaje Entre dos mundos.

Cuando estábamos haciendo la primera película, entramos en un aula y les dijimos a los alumnos que íbamos a rodar allí y que necesitábamos su ayuda; no esperábamos tanto apoyo. Cuando dijimos que se trataba deCrepúsculo (Catherine Hardwicke, 2008), se oyeron algunos chillidos de gente que conocía los libros. Todos querían ser parte de la película y colaboraron mucho, dice Wyck Godfrey, productor ejecutivo de La Saga Crepúsculo: Luna Nueva (Chris Weitz, 2009) en el set de Vancouver. Así que cuando estábamos terminando la primera parte e íbamos a empezar con la segunda, y Catherine estaba de gira mundial, teníamos la sensación de que esto podría funcionar. Se programó la segunda película para el 20 de noviembre del siguiente año porque queremos que los estrenos sean muy seguidos, ya que Stephenie Meyer (autora literaria de la saga) no va a escribir más libros, así que la franquicia no va a continuar. Tuvimos una reunión sobre esto, y Catherine nos comentó que estaba exhausta. Dijo que necesitaba más tiempo para preparar el film, y nosotros a alguien que estuviera descansado, de modo que tuvimos que buscar a otra persona, aunque estamos muy contentos con el trabajo que hizo en Crepúsculo...

Continúa el productor: Necesitábamos a alguien que tuviera confianza en sus habilidades, que pudiera cumplir con un calendario, y que, por supuesto, tuviera el poder de hacer la historia entera. Chris Weitz ya había estado en el equipo de La Brújula Dorada (2007) como director, y nos vino con una presentación muy potente de cómo haría la película, así que estaba muy confiado. Y, encima, Stephenie Meyer es muy fan de otro de sus films, Un niño grande (2002).

La autora es fan Meyer, que hizo un pequeño papel en la primera parte pidiendo una ensalada en el comedor del instituto, ha sido una piedra angular de la adaptación a la hora de tomar todo tipo de decisiones. Stephenie Meyer está muy involucrada, en el buen sentido, cuenta el productor. Es mejor tenerla aquí mientras el trabajo está en marcha, saber que estás haciendo lo correcto, que no que te vengan los fans luego y te pregunten que cómo has podido hacer eso. La buena noticia es que es muy fan de las películas. Le dijimos: Mira, no va a ser un calco del libro. Ella viene al set con regularidad, estuvo aquí ayer y anteayer, estuvo durante la preproducción, miró los storyboards, miró las localizaciones, es divertida y se ha portado muy bien. Stephenie ha creado criaturas mitológicas en un mundo muy natural y queríamos que esa gran virtud de la novela se notase en la pantalla.

Hay que buscar a los mayores Desde la retirada de Catherine Hardwicke de la dirección, los fans de mayor edad se preguntaron por el rumbo estético que iba a tomar la saga. Weitz tiene claro que hay que abrirse a más público, más maduro. Creo que esto sería estupendo y que hay una audiencia escondida, una demografía oculta que no admite que los lee, y no son solo las madres de los fans que los llevan al cine... Una de las cosas buenas de Javier Aguirresarobe, nuestro director de fotografía, es que todas las cosas que hace son hermosas. Y podemos hacer un film que tiene un enorme poder visual y eso también es atrayente, es otro motivo para ver la película aparte de la historia o de los chicos guapos, dice el director: Hay que conseguir una versión del libro que satisfaga a los lectores jóvenes y que también pueda atraer a un público más maduro.

Cuando se le pregunta a Weitz por el aspecto visual que va a tener su película respecto a la de Hardwicke (a quien voces desde todos los puntos del globo acusaron de hortera) habla de sus gustos por el cine clásico y en particular por Doctor Zhivago (David Lean, 1965), que también tiene una historia de amor más bien dura. El libro está narrado en primera persona, y, para no utilizar todo el tiempo una voz en off, tenemos la oportunidad de desplegar todos los sentidos de Bella (el personaje de Kristen Stewart). El cine es un arte lleno de posibilidades y va a tener un enorme papel en esto. Soy consciente de que el cine de vampiros tiene una larga tradición. Me encanta Drácula de Bram Stoker (Francis Ford Coppola, 1992) porque introduce elementos de Nosferatu (F.W. Murnau, 1922) y del Art Nouveau y tiene efectos asombrosos de cámara que son en realidad muy simples, que ya existían en la época de Méliès, prácticamente, y hacen la imagen mucho más real. Nosferatu es un film extraordinario; soy un gran fan de la historia del cine, y concretamente de esa cinta y del Expresionismo alemán... Hombre, los vampiros en este film son muy diferentes, pero me he permitido la libertad de hacer un pequeño homenaje a la película de Murnau al fondo de uno de los planos; me gustan ese tipo de guiños. ¡Estad atentos!

A propósito del sexo Aunque se palpa el respeto de Weitz, está claro que es Wyck Godfrey (en cuyo currículum como productor están Yo Robot o Eragorn) quien lleva la mayor parte del peso de la película. Godfrey menciona que le ha encantado Déjame entrar (Tomas Alfredson, 2008). ¡Dios, me encanta esa película! ¡Es de lo mejor que he visto últimamente! La película sueca tiene una visión de la sexualidad muy explícita, no así la saga de Crepúsculo, que como es sabido, es en parte un elogio de la castidad. No en vano Meyer es mormona confesa y no bebe ni fuma, y mucho menos aprueba el sexo fuera del matrimonio. Sin embargo, cuando sale el tema de la castidad de Edward Cullen (el personaje de Robert Pattinson), Godfrey le da una vuelta de tuerca: Para mí, es una metáfora de la represión sexual y del deseo, del amor obsesivo. Él está enamorado, pero teme que si pierde el control la pueda matar y creo que eso es un sentimiento muy fuerte que conecta con las chicas de esa edad, entre los 13 y los 15 años. Es cuando piensas: Me gusta ese chico, pero no sé qué va a pasar si pierdo el control. La atracción que sienten me parecía muy interesante.

Un enemigo (público) de la saga Toda una autoridad en el terror como el escritor Stephen King ha dicho que la saga Crepúsculo no tiene emoción. Weitz se defiende: Estos libros hablan de unas emociones de amor y pérdida sobre las que Stephen King no está precisamente puesto (risas). La verdad es que no me sorprende ni que lo diga. Pero si a la gente le gusta es porque se identifican con la protagonista, con su sensación de inseguridad, con ese sentimiento de haber encontrado a alguien especial que luego te arrebatan sin explicaciones. Eso es algo que todo el mundo ha experimentado a no ser que sean muy, muy desafortunados. También habla del poder sanador de la verdadera amistad. Así que, desde el respeto, estoy en desacuerdo con el señor Stephen King.

Al principio de la película, Edward Cullen y Bella Swan son una pareja estable que no se puede besar. Pero la llegada de Victoria (Rachelle Lefevre) en busca de venganza lo cambiará todo. Los Cullen tendrán que desaparecer para proteger a Bella, y esta quedará al amparo de su amigo de la infancia Jacob Black (Taylor Lautner), que descubre su lado licántropo. Algunas voces se preguntan si los fans no se resentirán al ver que Robert Pattinson, que en la mayor parte del metraje es un recuerdo viviente, no aparece. Weitz lo tiene claro: Esperad a ver a Lautner. Ha ganado mucha masa muscular y ha entrenado como loco para conseguir un físico impresionante. Viene del mundo de las artes marciales y es una suerte poder usarlo en la película. Salta de tejados, árboles, e incluso acantilados. Se lo ha pasado en grande con las escenas de acción. Y respecto a su físico, no tiene nada que envidiarle a nadie. Por otro lado, ¿qué sentido tendría hacer cuatro películas sobre Edward Cullen dando tumbos por la ciudad Forks? Nadie querría verlas. Turno de palabra para Lautner: Si no fuera actor, probablemente sería deportista. He jugado a fútbol americano toda mi vida, así que supongo que seguiría haciéndolo. Pero también me gusta escribir; a lo mejor intentaría dedicarme a la dirección, afirma Lautner sin convencimiento.

Las películas pequeñas que nadie conoce Es la segundo vez consecutiva que Kristen cumple años en el rodaje, dice Godfrey. Esta mañana le he mandado una nota diciéndole que siento que tenga que pasar también este conmigo, pero que le deseo lo mejor. Esa noche, Stewart y Robert Pattinson fueron vistos bebiendo (en Canadá son menores de edad) por los bares de moda de Vancouver en actitud cariñosa. Sin embargo, y pese a que todo lo que hacen es objeto de atención, Stewart, enemiga de la promoción, las giras y las entrevistas, le quita peso: Crepúsculo no me cambió. Cambió las cosas a mi alrededor. Estoy acostumbrada a hacer películas que nadie quiere ver, y poner tu alma y tu corazón en algo que afecta a todo el mundo es lo más satisfactorio que hay.

La espada de Damocles A día de hoy, Pattinson y Stewart son los más deseados de la saga vampírica. Ellos ponen toda su ilusión en su carrera como actores mientras la serie continúa a ritmo vertiginoso. Estoy un poco cansada de estar involucrada en algo que te lleva, literalmente, años. Normalmente los rodajes son seis semanas, te vas a tu casa y te olvidas. Pero aquí vuelves, y... ¡sigues haciendo el mismo papel! Tras el rodaje, no me pude deshacer del de Bella por completo. Fue extraño porque luego pude volver a meterme dentro del personaje enseguida, supongo que porque me pasa como a ella, que soy víctima de una fascinación, concluye la actriz.

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